Ese temblor que embisten tus besos, ese suspiro que escapa
de mis labios cuando me aprietas contra tu piel… qué delirio sentirte por sobre
la ropa, que delirio imaginarte un momento… no hay emociones ni sentimientos,
solo ese instinto carnal que devora las fantasías.
No esperes mi seriedad en los besos al aire, pues nada me
amarra, pues soy libre de complacer a quien quiera… y quizá no seas el único
que desee degustar, quizá si desee abrazarte con mis piernas, pero no te
entusiasmes demasiado… puede que sea solo mi curiosidad.
Si tomas mi mano, querré que recorras mi piel… si la
sueltas, endureceré mi alma para que no vuelvas a acercarte… después de todo,
quien quiere estar con alguien que tiene miedo a ser juzgado… porque cuando el
río suena es porque piedras trae, pero a veces mucho ruido y pocas nueces.
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