Ayer comentaste algo y no pude responder... ¿Estoy enamorada? la verdad es que lo estuve... luego ensucié mi imagen mental y me di cuenta que no era tan así, simplemente era mi deseo de encontrar respuestas a mis preguntas... disfrutar del silencio sin que fuera incómodo.
Estoy desorientada, estoy perdida en mis deseos... mis ansias de control no dan abasto con mis pensamientos... ¿hago lo que quiero? ¿pienso lo que quiero? ¿Siento lo que quiero sentir?
En cierta forma si hago lo que quiero, trabajo donde quiero en el mejor equipo del mundo.
En cierta forma si pienso lo que quiero, pero últimamente nada es estable, solo mi habitual cerebro que se las da de oráculo.
No, no siento lo que quiero sentir. No tengo idea qué quiero sentir, cómo, ni cuándo... es como si estuviera respirando dentro de una burbuja de oxígeno bajo un mar de colores que no puedo tocar.
Te pregunto una y mil veces ¿qué quieres? y la respuesta siempre es la misma, y no te imaginas lo mal que me hace sentir... me da mucha tristeza saber y sentirte tan vacío y confuso, sin nada que entregar, sin nada qué recibir.
Te pido una respuesta y siempre es el silencio... ni si quiera un consejo, ni si quiera una perspectiva... ni un pensamiento... ni el esfuerzo.
Estoy muy triste por saber que siempre serás el ruidoso silencio que acompaña mis monólogos. Y pienso, y pienso que es mejor que no te acerques, que no me hables, que no te aparezcas... que busques tu felicidad en otra parte... no quiero esta tristeza, la detesto y no la quiero.
No quiero seguir hiriéndote, no quiero más de esto. Despídete. Muchacho vete ya a otro lugar, cabeza alta y lágrimas.
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