Este fluir innecesario ha apabullado todas mis emociones, las que expectantes esperan por salir a flote de forma abrupta y descontrolada... ¡No seas tan racional!... lo siento, no puedo dejar de serlo, o quizá si, pero se requieren nuevas estructuras psicológicas.
Cambio, el cambio es tan necesario, necesito esta flexibilidad para darle un nuevo impulso a mi vida, mejorar las formulas, calcular con mayor rapidez y eficiencia... pero ¿para que? si simplemente quiero construir el puente que me lleve a conocer lo más profundo de mi misma. ¿Necesito de alguien más? ¿Cuándo deja de funcionar este aparataje? Simple, cuando me concentro en las sensaciones, cuando el viento acaricia mis manos, enfría mi piel y me hace estar tan absolutamente presente en el momento, cuando el tiempo se desvanece, cuando soy libre.
Y ahora me pregunto si tendré el valor de mantener mis límites, cuando esta sensación de libertad se vuelve un elixir adictivo... ¿Límites, los quiero? Esta maraña de valores o este sin fin de deseos... ¿Seguiré eternamente con mis protectores egoísmos?
Todas estos conceptos preconcebidos para sentirme valorada, querida y aceptada... ¿Es necesario? Si mi mayor placer se encuentra en las noches de soledad... ¿Querré compartirme? Interesante perspectiva... considerando la dignidad de lo compartido, ¿será lo suficientemente apreciado? ¿importa?
Siento como si finalmente, mi excel estuviera colapsando, mis estructuras se han ido a la mierda, siento mi mente libre de toda rigidez, solo anhelante deseo de saber y descubrir, y descubrirme a mi ¿para otros o para mi? Esas maravillosas sensaciones que ofrecen las neuronas y receptores nerviosos, las quiero todas para mi, las quiero todas para ti pero veremos si funciona sin ataduras.
Hay patrones que independiente de mi libertad mental, no podré dejar y pesaran y harán "ruido", pero eso ya no depende de mi, yo los acepto, mi trabajo está terminado.
Así habló Constanza Sofía.
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