Nos pensamos con tristeza por sueños muertos. Sé que tu corazón sufre y que no soy yo quien tiene el remedio para curarlo. Mi corazón yace en mis manos moribundo, volviendo de a poco a la vida... lentamente vuelve a respirar, lentamente comienzo a sentir.
Mi mente recuerda todo el día sus palabras, sus miradas y caricias... como anhelo sentirlo plenamente, sin estos miedos, sin estos prejuicios... que no daría yo porque todo fuera perfecto, que como una niña me enamorara... pero debo ser realista, debo respetarme, debo hacer tantas cosas y desearía no hacer ninguna.
Sentarme a leer para distraer mi mente de sus ojos apartándose de los míos, de sus manos acariciando mi rostro. Debo quitar la mirada lasciva que le tengo a mis fantasías, como desearía no soñarte ni pensarte en cada minuto de mis días... es usted quien aparta mis sueños tranquilos de la luna llena, si tan solo el tiempo no fuera un factor tan importante.
Y nuevamente me pregunto estas preguntas, y siento que ya no volveré a ser la misma, que no daré pie atrás porque arranqué de tus brazos para caer en los suyos... Me siento perdida en este mundo, sin saber que pensar, donde mi sentir me abruma y distrae de toda tarea...
Este tiempo de ocio, llamado fin de semana, me atormenta con su corta duración, me asalta todo el día el recuerdo de sus besos que saben a libertad y a deseo... pero dijo que algo se quebró y quizá no haya más que una vaga idea de nuestras expectativas.
Me siento tan niña y tan anciana a la vez.. ansiosa sin miedo con esa amargura incondicional que te proporciona la racionalidad cuando tus sentimientos son demasiado cambiantes. "¿Me debería rendir o seguir mi camino, incluso si no me lleva a ninguna parte?". Maldito seas miedo que no me dejas retroceder ni avanzar.
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