105ta Entrada, Agitato: 3rd. movement Moonlight Sonata. Beethoven

Es así como comienzo a extrañar algunas cosas, me faltan abrazos... esos abrazos que solo buscan contenerme dentro de ellos, protegerme de lo que se avecina, resguardarme en ese espacio inmutable, tan cercano... como los extraño.

Recuerdo siempre las tardes calurosas de verano, durmiendo tan carca muertos de calor, solo el gusto de sentir nuestras pieles cerca sudando la gota gorda mientras en algún lugar de nuestros sueños el uno soñaba con el otro.

Caminar de la mano... esos incómodos silencios... independiente de eso... era genial y lo extraño.

Entiendo tantas cosas que dejé pasar, mi perpetua ceguera de prejuicios y expectativas... mi incapacidad de sentir y esa abundancia de pensamientos y mediciones... ahora me pregunto ¿y para qué? si el deseo no es todo lo que debe ser satisfecho...

Extraños todas esas cosas, quizá lleguen pronto, quizá se demoren... nunca se sabes nada de lo que te depara la vida, siempre estas sumergido en esta beligerancia con tus pensamientos. Razón versus sentimientos...  ¿es razonable querer sentir? ¿es razonable olvidar mis recuerdos?

Nuevamente caigo en esta prisión de recuerdos, de extraños y silencios... ¿Correr? es siempre la mejor alternativa...  Trabajar ayuda a olvidar, olvidar lo que necesitas, olvidar lo que sientes, olvidar lo que piensas... No hay músicas ni melodías en una cárcel hecha de responsabilidades.

Melancólica tal vez, cuando el sol está en lo alto y estoy sola frente a él... cuando la luna no brilla en mi ventana y solo está la noche compartiendo su soledad.

Quizá solo necesite un abrazo... pero no sé a quien pedírselo. Maldito miedo y tu inseparable caos.