Escuchando el primer movimiento del Verano de Vivaldi, me
hice una pregunta existencial, esas que dan joda a tus neuronas, esas que te
dejan pensando... es parte de una letra de una canción de la Shakira, pero es
muy interesante mirar hacia el futuro cuando el presente no es lo que deseas y
el pasado solo trae sus sombras… bueno, en fin, me pregunté “¿y que harás
cuando muera tu traviesa curiosidad?”.
Es así como mi mente divaga en las miles de posibilidades, y
las distintas emociones que florecen en cada vistazo… ¿miedo?, obviamente, temo
a las responsabilidades, “quisiera ser un chincolito” dice la Violeta…
Y dígome ¿Qué pasará cuando se muera su curiosidad? ¿Y qué
pasa si hay algo más que no puedo ver, que siento y me niego a aceptar? ¿Será
más fácil volver a los brazos de la infeliz seguridad?
Suspira ser humano que no maquina, corazón que brota de las
profundidades del olvido sin rencores y puro como de costumbre… ¿esperar? Esperar
por las respuestas de la vida… o correr por alcanzar el viento y sus melodías…
Silencio, silencio, no hay siquiera una brisa en este verano
seco. ¿Seguiré persiguiendo emociones o me asentaré con las razones ya
encontradas?
Tantas ideas en mi cabeza, tantos besos y abrazos… tantos
secretos que se ocultan tan mis pupilas, tanto deseo y pasión por conocer la
realización de las expectativas o la tristeza de la frustración… y bueno ¿qué
queda? ¿Qué hay después? ¿Por qué no me hablas y me dices qué es lo que
quieres? ¿Solo soy yo la que siente esto?
La vida y sus estúpidas etiquetas... tan necesarias como molestas, sin ellas no sabemos qué tan lejos hemos llegado...
La vida y sus estúpidas etiquetas... tan necesarias como molestas, sin ellas no sabemos qué tan lejos hemos llegado...
Solo queda esperar a que pase el Verano para vivir el
romanticismo del Otoño… si es que tu mundo no se acaba al pronunciar mis
palabras... pero extraño más que nunca el frío Invierno.
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