Hay una persona en mi vida en la que pienso al despertar y al momento de acostarme. Esa persona me ha devuelto la esperanza en la vida y en los sueños, me ha enseñado a mantener el equilibrio siendo él el elemento desequilibrante, me ha entregado sueños, me ha cuidado y me ha motivado a ser mejor cada día.
Antes de cerrar los ojos por las noches, le digo "buenas noches, amor", y el siempre se da vuelta, me besa y responde "buenas noches, mi amor", pone el brazo bajo mi almohada y abrazados nos quedamos un rato hasta que el calor nos satura, en ese momento le pido a Dios que sea muy feliz, que la vida lo colme de bendiciones, que la felicidad y la salud siempre estén con él, porque yo quiero estar con él y ser parte de su vida, quiero ser parte de su corazón como él es del mío.
Al sonar las alarmas despertadoras por la mañana, lo primero que veo son sus ojos verdes y lo primero que escucho: "buenos días, mi amor", y mi respuesta es también un "buenos días, mi amor". Me acurruco entre sus brazos y pido 5 minutos más para dormir. El monstruo de las sábanas asecha y siempre amenaza con llegar tarde al trabajo.
Es increíble como mi vida ha cambiado, como mi mundo ha cambiado... mi lugar favorito ya no es mi pieza encerrada en mis cosas frente al computador en fase de autismo nivel 3, ahora mi lugar preferido es nuestro hogar, el lugar donde estamos juntos todos los días, el lugar en su pecho y entre sus brazos, ese es mi hogar.
Hay una persona en mi vida en la que siempre pienso, esa persona me ha devuelto la fe, me ha reparado el corazón machucado. A esa persona, le escribo. Le escribo para decirle con humildad lo agradecida que estoy con él y con todo el tiempo que me entrega. Y si mañana pasa algo y se cae el avión, o hay un tsunami en el norte de Chile o si la flaca me viene a buscar en mis sueños, quiero que sepa que de todo corazón le amo y que no importa el plano en el que me encuentre, siempre mi corazón estará con él.
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