El lleva unos años de ventaja, en sus manos reconozco algo de experiencia y las ansias de ternura. El miedo que le inunda con deseos de sueños no prescritos. Sigue presente, parece que le encanta abrazarme, se ríe y evita la mirada... pareciera que intentara conquistarme, quizás avanza retrocediendo... pareciere un juego de tanteos infinitos, caras largas y besos reconciliados.
Parece decididamente obstinado a robarme el tiempo, me encanta y a la vez me aterra... hay tanto que hacer y nunca pareciese terminar... y por algunos momentos temo que mi corazón sea un saco roto incapaz de llenarse, un corazón que vaga insatisfecho por culpa de la ausencia de los placeres que disfruta la carne y la carencia de devoción en las caricias... quizá sean los nervios pero no me arriesgaré, tampoco juzgaré... una oportunidad más.
Que el tiempo decida si soy lo suficientemente valiente para sobreponerme a las palabras y mantenerme firme ante mis miedos.
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