jueves, 12 de septiembre de 2013

155ta Entrada, Allegro: Pather Pachali, Ravi Shankar



Se pasea descalza sobre la arena blanca de la luna, siguiendo las huellas que el universo ha dibujado en su rostro. Sus manos surcan las estrellas y acarician una esfera pequeña a la distancia... y se pregunta ¿por qué estoy en el paraíso y ellos no? Sigue mirando aquel planeta distante infestado de seres cuyos pensamientos y nostalgias le abruman el alma.

Ella, en su espíritu, desea silenciar las emociones que tanto atormentan a esos seres, por ello hace mucho les regaló la música, con el objeto que en su insignificancia ellos escucharan sus pasos distantes, leyeran sus oraciones y durmieran en silencio.

Cuando alguien la piensa, su cuerpo se mueve involuntariamente, porque es aquella música sutil y eterna la que perpetúa su existencia, le devuelve la fuerza y le entrega una sonrisa. Cómo desearía amar tan intensamente como aquellas hormiguitas, cantar como ellas, bailar como ellas... morir como ellas. Es esa angustia de lo eterno lo que socava su pequeña mente, lo que silencia aún más su dormido corazón.

- Algún día - se dijo a sí misma mientras miraba al sol - algún día caminaré en otras lunas, algún día dejaré el oasis de la soledad y silencio. Algún día.

Y así se acunó sobre una llanura fría, se abrazó a si misma esperando que el universo se llevara su esperanza en el tiempo.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario