martes, 25 de febrero de 2014

173ra Entrada, Andante: Mirrors, Justin Timberlake



Es muy fácil detectar la amargura escondida en la sonrisa, basta con mirar a los ojos de aquellos que dicen ser o estar felices. Sus labios se expanden en una tremenda actuación, miran a las cámaras esperando que palabras dulces lleguen de alguien, sus almas sedientas de aceptación social las lleva a enamorarse de sí mismos a través de fotografías con esa maravillosa sonrisa.

Cuando alguien sonríe desde el alma, no son sus comisuras los que denotan hermosura, es el brillo de sus ojos los que iluminan el día. Es muy sencillo ver la verdad.

He visto muchas fotografías de gente que quiero y que quise, y logro distinguir en la captura de aquellos segundos quienes hoy son realmente felices, porque en sus ojos no existe ápice de tristeza. Sin embargo, noto que en momentos clave anhelan cosas del pasado, como un sueño que se ha esfumado… anhelan un algo que absorbe la alegría, y se sumen en la melancolía.

Para aquellos que viven del recuerdo o de las posibilidades, les digo que hay que dejar ir el pasado, que el futuro solo sirve para sembrar sueños, lo importante es vivir el presente, hacer las cosas bien.

El gozo de la vida diaria se basa en el disfrute de las cosas hermosas de la vida, aquellas cosas que podemos disfrutar gratuitamente y en cualquier momento: el presente, el estar vivos.


Ojalá siempre recuerde estas palabras.

jueves, 20 de febrero de 2014

172da Entrada, andante: Je veux, Zaz



Hace un tiempo que no escribo, mi tiempo ya no se desvanece en palabras, se vive en cada respiro... salvo en aquellos momentos en que vuelvo a estas cuatro paredes, es como entrar a un templo que ha sido profanado, un lugar donde sientes ecos que no son los tuyos, extrañas los seres que solían protegerlo y que hoy yacen enterrados bajo él.
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De alguna manera estos ángeles me recuerdan la soledad y sus días entre estas cuatro paredes, sin más que ellas mismas y las rejas que delimitan el mundo. Las personas que aquí habitan sufren males de memoria y de mal humor. Yo sé que queda poco, pero quiero de todo corazón mi templo, mi espacio. Quiero poder sentarme tranquila sin miedo a que abran la puerta sin mi permiso, sin que me califiquen de una forma u otra... quiero mi espacio para resguardar mi tiempo y dedicarlo a las cosas que he dejado de lado.

Quiero mi templo para escuchar mi música sin restricciones, sin preguntarle a alguien si le gusta o no, donde no tenga que esperar un llamado para dormir ni despedirme, un lugar para dibujar hasta que se acabe la tinta, escribir hasta que mis dedos duelan o leer hasta que los ojos ardan de cansancio... quiero mi templo para cuidar de mi cuerpo como se debe, un lugar al que escapar después del trabajo, un lugar donde no tenga que verle la cara a nadie y pueda correr descalza y desnuda... un lugar para esconderme del mundo, resguardarme del frío, y vivir la calidez de mi propia elección.

Deseo vivir mi libertad, respirar, pensar con libertad, amar y morir con la mano en el corazón.

Quiero, y lo quiero ya.