En el silencio de las noches, solo queda la compañía del televisor... nada llena el espacio, las palabras no son necesarias, es lo único que le entrega paz a mi alma, sus palabras son ambiguas, ya no son lo que solían ser, ahora soy parte de un todo general... nada especial y no importa realmente, desearía que no me incomodara, desearía que te alejaras.
Mi deseo no fue satisfecho, mi anhelo fue incompleto... y sigo pensando que debo tener el valor de alejarme... la tristeza azora las horas en que el trabajo no ocupa mi mente.
No he tenido tiempo de pensar, esta vorágine de 14 horas continuas de trabajo me consumen, me vuelvo un zombi, alguien más del montón... he dejado de sentirme especial, he dejado de pensar en ti, he dejado de desear paz interior... ya no pienso, ya no siento... mi espíritu está adormecido entre el quehacer y la tristeza...
Es tan difícil encontrar el equilibrio... ¿encontraré mi media naranja?
Mañana me iré a La Serena, tengo miedo... no quiero fallar...
¿A cuántas personas le he fallado?
¿Cuántas veces me he fallado?
Por qué las cosas han dejado de ser bellas... ¿por qué sigo esperando cosas que no llegaran?
Quiero desaparecer.
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