viernes, 20 de enero de 2012

91ra Entrada, Adagio: Sueño de Sombras, Julieta Venegas



Hay un monstruo que me acompaña, se llama Duda y va conmigo a todas partes, cuando voy en el metro me pregunta si sé lo que la gente piensa o si siento que es una estupidez ir todos los chilenos como ovejas al trabajo... me pregunta qué tiene de digno si igual no es suficiente para muchos, si igual tendrán que endeudarse y vivir siendo esclavos... si igual dejan que les maten el cerebro con estupideces como las tetas de la Adriana Barrientos, la puta de la Kena Larraín o qué comió ayer Alexis Sanches... y siempre me dice ¿ a quien mierda
le interesa?

Llevo tanto tiempo lidiando con él que ya no le contesto sus preguntas... antes quería mantenerlo siempre callado para no sentirme diferente del resto por estar siempre pensando  en respuestas a ese tipo de cosas... sigo en un sueño de sombras.

Ahora no hay nadie que calle su voz, a veces cansada de sus tortuosas preguntas, busco en otras personas las respuestas, busco algo que satisfaga su apetito voraz por saber, por entender y comprender cosas que nadie contesta... a veces solo mi madre me ayuda, pero aún así, pareciera que a medida que se responde una pregunta, nacen 3 nuevas, es odioso.

Pocas personas tenemos estos bichos que viven pegados a nosotros, como un parásito eterno que nos mueve a conocer personas con estas misma enfermedad, que nos ayude a saldar esta gigantesca deuda con el saber.

Lamentablemente hay que seguir trabajando y dejar de escribir, dejar de pensar y ponerse a hacer.

Así es la vida.

Fome

escurriré como miel en hielo
como velo en fuego
así te haré venir a mi
así te haré buscarme a mi

seré intocable al despertar
promesa vana eterno parece
así te haré creer en mi
así te haré desearme así

si quiero estar donde creo desear
seré por siempre sueño de sombras
si quiero estar donde creo desear'
seré por siempre
sueño de sombras

sembrar en ti la duda cambio
de parecer cada minuto
incierta en forma de ser
así te haré buscarme

asi te haré venir a mi
asi te haré desearme al fin

si quiero estar donde creo desear
seré por siempre sueño de sombras

martes, 10 de enero de 2012

90ma Entrada, Adagio: Comptine d'Un Autre Été, Yann Tiersen, Original Soundtrack Amelie

 

El guardián de mis sueños soñaba con ellos, sonreía con mi tristeza y en sus ojos brillaba la luna silenciosa. Mis alas eran fuertes y podía volar alto, mis manos eran suaves y tiernas; mi alma tenía fe porque Dios estaba de mi lado.

La música enseñó con cariño a mover los dedos, acariciar las teclas del piano y a escuchar el corazón y sus recuerdos de antaño; también le enseñó a oír sus palabras y a escribirlas, para que nada se perdiera con el tiempo.

Nunca comprendí hasta hoy la lección que me tenía reservada el destino, las coincidencias no existen, lo que vivimos es solo lo inevitable… Mis alas cayeron, envejecieron antes de tiempo… quizá algún día se renueven…

La música no me ha abandonado, pero cada día la siento menos y la razono más… lo único que me mantiene cerca del cielo, son las palabras que siguen fluyendo, conquistan mis manos y traducen lo que el corazón dice sin pensar demasiado.

El cofre que guarda mis sueños está cerrado porque su guardián ha perdido la llave y ya no sabe como recuperarlas, su corazón es incapaz de alcanzar al mío y sus palabras no son alimento suficiente para mi alma.

Mis dibujos ya no albergan mi esperanza, los árboles se mantienen distantes con su silencio, las estrellas no brillan lo suficiente para perder el miedo a la oscuridad y la Luna se transformó en una observadora de mirada hiriente y triste.

Dios sigue a mi lado, no se ha ido… me gusta creer que tiene algo especial reservado, me gusta pensar que algún día volaré nuevamente, que no habrán raíces ni responsabilidades que me aten a la tierra… el viento me llevará lejos cerca de mis sueños.

----- o -----

Me gustó la letra de una canción que va de acuerdo a lo que siento, se llama “Dreamtime” del grupo Yes… pero la melodía, no tiene nada que ver con lo escrito.

viernes, 6 de enero de 2012

89na Entrada, Andante: For the love of God, Steve Vai

 

Las palabras se deslizan por mis dedos, alimentadas por la fantasía y el deseo de purgar esta agonía incesante de pensamientos. Mientras mi mente vaga en los fiordos del sur y los atardeceres oleosos, el brillo de tu mirada es todo lo que queda en el reflejo. El murmullo de la gente asfixia el cantar de las hojas de los árboles, mientras la soledad me acompaña en mi travesía a través de la ciudad.

Esa superficialidad que inunda las almas parece enrocar las ideas y debilitar mi determinación… sin embargo, no hay nada más fuerte que el ímpetu de vivir la vida que quiero vivir, quizá solo falte aprender la verdadera humildad y resignarse a la resignación… aceptar que tengo que darle vida a los sentimientos muertos, y tener el coraje de hacerlo.

Todo está listo para la función, solo queda resolver la ecuación para oir reverenciar al público. Las estrellas miran jactanciosas y frías en las noches de verano, contemplan el morir de los segundos desde la vida eterna, para ellas somos títeres del destino que, dentro de la razón, añoramos la inmortalidad para abandonar nuestros miedos.

Los ojos cansados contemplaran cerrados el último de los atardeceres, con un suspiro contaran la historia de la tierra y de como olvidó su humanidad. Las manos volverán a la tierra, podremos ver el mar, construiremos en nosotros mismos la espiritualidad… para aquellos que sean lo suficientemente valientes para enfrentarse a si mismos y entregar su sabiduría a los demás. El descanso quedará pospuesto para las noches de invierno, navegando por los ríos congelados de la soledad eterna y el silencio absoluto.