miércoles, 9 de marzo de 2022

201ra Entrada, Adagio: Columba aspexit, Hildegard von Bingen

 


De los caminos que forjan las nubes, y las luces que desgarran el cielo de las mañanas y tardes,
los lejanos cantos de las aves que adornan el silencio,
la brisa que acaricia la piel tomando consigo mi calor,
llevándose silenciosa partes del alma

Todo aquello que se usa como espada para dañar el corazón
se desvanece ante la luz de la calma

Ya no busco devolver el dolor que me causaron,
es la paz de haber hecho lo correcto,
de haber soñado con el mundo de lejos
de mirar en el tiempo con sonrisa y melancolía,
para ver si así encuentro recuerdos de otra vida
que hagan el presente más deslumbrante.

Así como las nubes se extienden sempiternas  en los cielos que separan los mares y la tierra,
así viajan mis ojos por su inmensidad,
así escuchan mis oídos su canción,
así se regocija mi alma,
mientras en tus brazos descansa mi corazón
en tus latidos, mi hogar.

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