martes, 21 de octubre de 2014

181ra Entrada, Cuentos: El huevo, Andry Weir

El Huevo
Por: Andry Weir
Fuente: http://www.whydontyoutrythis.com/2014/10/this-is-tale-for-deep-thinkers.html?m=1

Ibas camino a casa cuando moriste,
Fue un accidente automovilístico. Nada particularmente notable, sin embargo fatal. Dejaste atrás a una esposa y dos hijos. Fue una muerte indolora. Los paramédicos dieron lo mejor de sí mismos tratando de salvarte, pero fue en vano. Tu cuerpo estaba completamente destrozado, era mejor que murieras, créeme.

Y fue en ese momento cuando me conociste.
- ¿Qué… Qué pasó? – preguntaste - ¿Dónde estoy?
- Has muerto – dije sin rodeos, sin pelos en la lengua.
- Había un… un camión que estaba derrapando…
- Sip – Dije
- ¿Yo… yo morí?
- Sip. Pero no te sientas mal por eso. Todos mueren – dije.
Miraste alrededor. No había nada, solo tú y yo.
- ¿Qué es este lugar? – preguntaste – ¿Es esto el más allá?
- Más o menos – dije.
- ¿Eres Dios? – preguntaste.
- Sip – respondí – Soy Dios.
- Mis hijos… mi esposa – dijiste.
- ¿Qué pasa con ellos? – pregunté.
- ¿Estarán todos bien?
- Eso es lo que me gusta ver – dije – Acabas de morir y tu principal preocupación es tu familia. ¡Tenemos a alguien bueno aquí!
Por un momento me miraste con fascinación. Para ti, yo no lucía como Dios, solo como algún hombre, o posiblemente una mujer, quizá alguna figura de autoridad, algo parecido a un profesor de gramática del colegio que algo todo poderoso.
- No te preocupes – te dije – Ellos estarán bien. Tus hijos te recordaran perfectamente en todo sentido. Ellos no tuvieron tiempo suficiente para que creciera desprecio por ti. Tu esposa llorará por fuera, pero secretamente se sentirá aliviada. Para ser justos, tu matrimonio se estaba desmoronando. Si te sirve de consuelo, ella se sentirá muy culpable por sentir ese alivio.
- Oh – dijiste – ¿y qué pasa ahora? ¿Me voy al cielo, al infierno o a alguna parte?
- Nada de eso – dije – Tú reencarnarás.
- Ah – dijiste – Así que los hindús tenían razón.
- Todas las religiones están en lo correcto a su manera – dije – camina conmigo.
Me seguiste dando grandes zancadas a lo largo del camino.
- ¿Dónde vamos? – preguntaste.
- A ningún lugar en particular – respondí – Es un agradable paseo mientras conversamos.
- Entonces, ¿Cuál es el punto? – preguntaste – cuando renazca, seré como una pizarra en blanco, ¿cierto? Un bebé. Así que todas mis experiencias y todo lo que hice en esta vida no importarán.
- ¡En lo absoluto! – respondí – Tienes en tu interior todo el conocimiento y las experiencias de todas tus vidas pasadas, solo que no las recuerdas ahora – Paré de caminar y te tomé de los hombros – tu alma es más magnífica, hermosa y gigante de lo que puedes imaginar. La mente humana solo puede contener una pequeña fracción de lo que eres. Es como pegar tu dedo en un vaso de agua para ver si está caliente o frio, pones una pequeña parte de ti mismo en el recipiente, y cuando lo volteas habrás ganado todas las experiencias que tuvo.
- Has sido humano por los últimos 48 años, así que aún no has descubierto ni sentido el resto de tu inmensa conciencia. Si empezamos a pasear por ahí el tiempo suficiente, comenzarías a recordarlo todo. Pero no tienen sentido hacer eso entre cada vida.
- ¿Cuántas veces he reencarnado entonces?
- Oh, montones, muchas, muchas veces en distintas vidas – dije – Esta vez, serás una campesina China en el año 540 DC.
- Espera, ¿Qué? – tartamudeaste – ¿Me estás enviando al pasado?
- Supongo, técnicamente sí. El tiempo como lo conoces solo existe en tu universo. Las cosas son distintas de dónde vengo.
- ¿De dónde vienes? – preguntaste.
- Oh, claro – expliqué – Vengo de algún lugar, algún otro lugar. Además, hay otros como yo. Sé que te gustaría saber cómo es estar allá, pero honestamente no podrías entenderlo.
- Oh – dijiste un poco cabizbajo – Pero, espera. Si me reencarno en otros lugares en el tiempo, en algún punto podría haber interactuado conmigo mismo.
- Claro, sucede todo el tiempo, y  en ambas vidas están preocupados de su propio momento, ni siquiera saben qué está pasando.
- ¿Pero cuál es el sentido de todo esto?
- ¿En serio? – pregunté - ¿En serio me estás preguntando el significado de la vida? ¿No es algo muy estereotípico?
- Bueno, es una pregunta razonable – persististe.
Te miré a los ojos, y dije – El significado de la vida, la razón por la que hice todo este universo, es para que tu madurez.
- ¿Te refieres a la humanidad? ¿Quieres que nosotros maduremos?
- No, solo tú. Hice todo el universo para ti. Con cada nueva vida creces y maduras y adquieres un mayor intelecto.
- ¿Solo yo? ¿Qué pasa con todos los demás?
- No hay nadie más – dije – En este universo estamos solos tú y yo.
Te quedaste pálido mirándome – ¿pero toda la gente en la tierra…
- Todos son tú, diferentes encarnaciones de ti.
- Espera, ¡¿soy todos?!
- Ahora lo estás entendiendo – le dije con una palmada de felicitaciones en la espalda.
- ¿Soy todos los seres humanos que han vivido?
- O todos aquellos que vivirán, sí.
- ¿Soy Abraham Lincoln?
- Y eres John Wilkes, ambos – añadí.
- ¿Soy Hitler? – preguntaste apaleado.
- Y eres los millones que mató.
- ¿Soy Jesús?
- Y todos aquellos que lo siguieron.
Te callaste.
- Cada vez que victimizas a alguien – dije – te estás victimizando a ti mismo. Cada acto de amabilidad que has hecho, te lo has hecho a ti mismo. Cada momento feliz o triste que haya experimentado cualquier humano fue o será experimentado por ti.
Pensaste por largo tiempo: – ¿Por qué? – me preguntaste – ¿Por qué hacer todo esto?
- Porque algún día serás como yo. Porque eso es lo que eres, tú eres como yo, tú eres mi hijo.
- ¡Woah! – dijiste incrédulo - ¿significa que soy un Dios?
- No, no aun. Eres un feto. Aun estás creciendo. Una vez que hayas vivido todas las vidas humanas a través de todos los tiempos, habrás crecido lo suficiente para nacer.
- Entonces todo el universo – dijiste – es solo….
- Un huevo – respondí – ahora es tiempo que vayas a tu siguiente vida – y te puse en camino.

“Si un huevo es roto por una fuerza externa, la vida termina, pero si es roto por la fuerza interior, la vida comienza. Las grandes cosas siempre comienzan desde adentro”.

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