Soñé que estabas afuera de una iglesia de la mano con otra
mujer, una de pelo largo y liso, con bisos rubios no naturales… te veías muy feliz. Descubrí una extraña felicidad, por eso decidí congelarte junto
a esa mujer y convertirlos en pequeños muñecos a los cuales fuera fácil sacarles
el corazón. De la boca que era tu muñeco, saqué tu corazón, algo así como un skittle rojo con forma de corazón... se lo di a
aquella mujer… los descongelé, y sus sonrisas se unieron, fue realmente un
momento especial. Sentí mucha libertad…
No sé quienes eran, no reconozco sus rostros; solo sé que
eran inmensamente felices y que por unos instantes me dio envidia de no ver el
cielo tan azul como lo ven ellos.
Las nubes siguen aquí, me encantan sus colores entremezclados
con el atardecer, el maravilloso sonido de su silencio… lo único que me apena
es que no importa cuanto adelante mi reloj, el tiempo siempre terminará alcanzándome.
Un poco de nostalgia por los años muertos, por esos buenos
recuerdos que siempre se ven tan lejanos cuando uno envejece, por la soledad y
la amistad, el amor y la familia. Por el alma eterna que viene a este mundo a
aprender y a evolucionar. Por los sueños, la sabiduría y la libertad.
Me muero por un gato Naranjito.
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