Muchas veces he pensado en desaparecer, en ser parte del maravilloso frío de invierno, volar entre las nubes como parte de la brisa que susurra entre las altas rocas congeladas de la cordillera...
Mis emociones están difusas, como el arcano Hermitaño me siento un poco distante, encerrada en mi misma, volviendo a mi nido... no quiero salir de él, siento que me estoy recuperando, pero el cansancio sigue presente, tengo mucho sueño.
El trabajo está bien, la universidad está bien, cuento con el amor paternal y fraternal de mi familia y la tesis es lo único que me estresa, porque no tengo ganas de trabajar en ella... prefiero sumirme en la lectura de un manga más que romántico y hacerme parte de esas historias de otras vidas que otros imaginaron.
Hace días que se me oprime el pecho, siento pitos en los oídos, sueño con días soleados en lugares que jamás he visitado, sigo anhelando cosas ridículas por ello las vuelco en cosas materialistas que me permitiran, quizá, alcanzar una de esas cosas ridículas: viajar.
Desde que tengo estos porotos en el cuello siento que seré presa de un excesivo cuidado y vigilancia por parte de mis progenitores, no quiero preocuparlos, pero tampoco quiero vivir esclavizada de los matasanos, estoy muy joven para eso... quisiera compartir mis sentimientos y miedos con alguien, no con mis padres, un alguien que quiera compartir alegría y aventuras...
Me duele el pecho, lo siento apretado, quizá me estoy resfriando o quizá me estoy muriendo... no me da miedo porque tarde o temprano eso ocurrirá... lo único que no quiero hacer es causarle dolor a quienes me aman...
Quisiera volar, quisiera amar, quisiera viajar, quisiera... el futuro está muy lejos, el presente es muy pesado... esperemos que pronto pase todo... pronto.
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