lunes, 1 de julio de 2024

224ta Entrada, Adagio: Light of the Seven, Ramin Djawadi



En esta vorágine de vida, ultimamente me siento estancada... más que estancada, estoy retrocediendo. Todo avance vertiginoso, todo buen resultado parece esfumarse ante la debilidad del espíritu y la fuerte exposición a situaciones más que peligrosas. El tiempo, al igual que el dinero, se escurre entre reels y gastos innecesarios...

Tengo que estudiar 5 años de carrera como si fuera de "0" y me pregunto ¿por qué no lo hice antes? ¿por qué nadie me dijo? ¿por qué no lo leí? ¿qué hago si no logro pasar el examen de grado? ¿qué pasa con nuestros sueños? ¿qué pasará conmigo? Mella el orgullo verse en situaciones de fracaso, pero siempre hay que pensar en alternativas... y sigo esperando el día del juicio final, que lo aplazan y aplazan sin convertirse en en ese escape maravilloso que necesito.

Y es en estos días que todos los influjos y reflujos de la mente se vuelven en mi contra: mi incapacidad para concentrarme, para entender lo que hay que hacer, mis sueños y diseños atiborrados de ansiedad por terminar la gran obra, el estudio que me demuestra que las herramientas que tuve durante estos 5 años fueron bastante débiles en algunos aspectos, el miedo que hace retorcer las entrañas por saber que de ésto depende tanto... TANTO... Dios, que horrible angustia, mis arcontes se regocijan en mi mierda emocional, están gorditos los hijos de la meretriz... detesto vibrar tan bajo, pero tampoco tengo la energía para cambiar mis emociones ni elegir buenos pensamientos. La resiliencia no siempre requiere la aparición de pensamientos positivos, a veces se necesita de voluntad para crearlos, deseos hechos acción... acción de pensar... algo de lo que no tengo ganas.

Ultimamente, requiere un gran esfuerzo ver en mi mente las imágenes que usualmente me impulsaban a seguir adelante. Quizá sea el mundanal ruido, la creciente buya, el incesante sonido mecánico que abunda en todos lados, la premura del pasar de los segundos, los minutos incinerados en la procrastinación... quizá sea mi debilidad la que debilita mi disciplina y la necesidad de aire limpio (realmente limpio) lo que no me deja despejar toda esta basura interna.

El cielo realmente azul, las nubes danzantes, los árboles creando vapores, el viento incesante, el sol en la ventana, el sonido de la estufa a pellet, el olor a pan tostado en tostador puesto sobre cocina a gas, el café de la mañana, el olor a tierra mojada, el sonido de la lluvia azotando mi ventana... qué dolor de cabeza estar aquí escuchando los motores de los aires acondicionados, los reverberantes retumbos de vehículos sin "tubos de escape" que resuenan hasta este piso 50... los murmullos de los colegas, los tacos resonando en el piso de granito, el sonido de éstas teclas donde escribo.

Silencio... música del cosmos... necesito encontrarte.

Luz necesito que quites el frío de mis extremidades y de mi mente.

Dios te necesito a mi lado en esta incertidumbre.

Constanza se lo que tengas que hacer para llegar donde quieres estar.