lunes, 15 de abril de 2024

221ra Entrada, Ideas: Meditación de hoy.

La gran prostituta que habla la biblia… la iglesia católica y sus silencios respecto de tantos pecados de sus líderes, permite que se profanen sus símbolos, permite que los Jesuitas ostenten el poder… a sabiendas de los oscuros orígenes y perversiones de sus “principios inspiradores” y de sus misterios tan admirados por la masonería. El silencio, la inoperancia ha permitido que se dilapiden los valores morales. No ha sido gratuito, han pervertido el mensaje de Cristo, han transformado la senda del Dios interior (temet nosce) en un camino de pago vencido por cada pecado cometido.

Así occidente se ha pervertido, perdido la razón y sus valores morales, se ha deconstruido aquello que cohesiona la sociedad y la transforma en una masa acéfala y amorfa que se mueve cual péndulo en las vertientes ideológicas que la economía y el poder político promueven y manipula, para que la riqueza se siga concentrando en unos pocos, a costa de todo el mundo.

Las guerras, la sangre inocente, el humo, el miedo, la locura… se concentran y exaltan en nuestros corazones mirando embelesados las pantallas que muestran con morbo y en vivo la violencia. ¡Cuánta energía emocional puesta a disposición de los arcontes! Somos su ganado, se alimentan de nuestras exaltaciones... a mí me avergüenza verlas y sentirlas… ser consciente de ellas y lo repulsivas que me resultan.

Este fin de semana fui a pasear al Persa Bío Bío y más encima fui con mi marido en metro… metro, hace años que no uso el transporte público (gracias a Dios). Para mi desgracia, ese día había un partido en el Estadio Nacional… miles de hinchas atiborrados en estación Irarrázaval… cientos de estúpidos embelesados cantando himnos que denotan su carencia neuronal, su dependencia al alcohol y las drogas (todas cosas que concurren en mayor detrimento de la escasa capacidad intelectual de estos seres de “paz y de luz” azul), todos unidos en esa “masa acéfala y amorfa” exaltada por un equipo de futbol… calentando la energía, previo al encuentro que, a pesar de los resultados, sigue generando una fe ciega sin entendimiento, fe de la que se alimentan esos seres, energía impura del lívido colectivo que se forma en las arenas de conflicto competitivo donde dos equipos, conformados por 11 individuos por cada lado y 5 árbitros, corren detrás de una pelota, como si la vida pendiera de que ella llegue de un extremo a otro. ¡Qué estupidez! Deporte le llaman… si supieran que el trasfondo es mover poder político, blanquear dineros y concentrar el poder de “la barra brava” para seguir subsumiéndonos en la decadencia moral y espiritual, para alienarnos de nuestras vidas y escondernos en esa masa, perdiendo el pensamiento, obviando la lógica, desintegrando el ser… regalando energía, muy apasionada, a estas entidades que por ignorancia no conocen y, en su bendita ignorancia, siguen ofreciendo gratuitamente… el rebaño perfecto, la oveja (el goym) de sacrificio… oh que razón tenía el Talmud…quizá, los gentiles nos merecemos este destino.

… y así todos vemos que las profecías se cumplen, que nos acercamos al “fin de los tiempos”, la oscuridad en las almas de los hombres es tan profunda: el miedo, la envidia, los celos, la gula, la mentira, la ira… consumen nuestras almas y la exprimen con esperanzas externas, que nada se acercan a la luz divina que “el Dios verdadero” nos otorgó en la creación… luz de la cual se alimentan (coincidentemente) estas entidades que, por alguna razón, nuestros sentidos (pero sí nuestros instintos) perciben.

El camino del estoico, el camino de Zaratustra, el camino de Horus, Hermes Trismegisto, Buda, Krishna, Ahura Mazda, Mahoma, Jesús… y tantos otros maestros “profetas”, silenciados en etiquetas burdas o religiosas (re-ligare, re unir… que hoy es un completo oxímoron), porque “los que saben” conocen las armas de la denostación y el marketing que lava cerebros, para ponerle esa detestable etiqueta de “esotérico” o “conspiranoico”, “no científico”… mientras ellos, en su alquimia, nos revuelcan en la nigredo en que nos tienen sumergidos (curiosamente regida por el planeta Saturno)… mientras ellos ascienden en el camino a la iluminación, porque dicha senda es sólo para unos pocos.

Tanta coincidencia hace presumir que todo es resultado de un plan… un plan tan bien hecho, perfectamente hecho para encerrar nuestras mentes, alimentarse de nuestras emociones, y vibraciones físicas… esclavizándonos por toda la eternidad, sirviendo a la gran prostituta, sirviendo al “contrario” … viviendo la mentira de la existencia, perdiéndonos a nosotros mismos, negando el alma, el espíritu… a Dios dentro del templo, el templo de cada individuo.

Y entonces… ¿cuál es el plan? ¿sálvese quien pueda? ¿cómo salvas a alguien que no busca en sí mismo su propia salvación? No puedes obligar a alguien a ir en la búsqueda de su alma ni de su espíritu, ni de la sabiduría que en su luz puedes encontrar… ¿estamos condenados? Quizá… vamos de camino al desfiladero… ¿es posible de detener, evitar o eludir?

Hace años que veo a la humanidad camino al colapso, mis esperanzas de una vida plena, tranquila, menos superficial y más conectada con la tierra se sienten tan etéreas... Aunque estemos condenados, espero poder ver a Dios en cada segundo de su creación y de las mías… volver a la raíz de la creatividad, encontrar belleza y disfrutar de cada suspiro. Mirar sin miedo la oscuridad en la noche, saber que las estrellas observan a lo lejos la parsimonia del tiempo infinito desvanecerse en cada gota de sangre que se vierte en la tierra. Ver la muerte y dejarla ir en el susurro del viento, mientras la vida, con el ímpetu del mar, vuelve a llenar de colores el presente.