Su vida tan frágil entre mis manos, sus ojos grandes miran
con curiosidad y ternura. Sin entenderlo el amor surgió, la vi acicalar a sus
hermanos y quise ese amor para mí. ¡Qué egoísta! Pero fue por su bien, la traje
a un hogar con un centro de entretenciones, con comida rica rica rica, con
juguetes para ella, una cama con una manta de polar de dos plazas para que se
regodee.
Mi chiquitita tiene 4 meses, lleva tan solo 2 días con
nosotros, y siento que ya es parte de mi corazón y mis preocupaciones.
Ella araña todo, yo sufro por las cortinas y el sillón, tú sufres
por el colchón y los cables.
Son indiscutible las sonrisas que compartimos, la felicidad
y la inocencia en nuestras vidas. Martina eres maravillosa, la vida es
maravillosa.
Gracias