La juventud es la etapa de la vida más bella, aquella que solo se vive una vez.
He vivido siempre actuando responsablemente, solo un par de veces, en toda mi vida, he cometido algún tipo de irresponsabilidad, siempre he actuado de acuerdo a mis principios: respetando a todos, sin importar que me quede encerrada en mi casa.
Me entristece tanto ver como desperdicio estos años en “un futuro” brillante… siento que he perdido tanto, pero tanto tiempo intentando ser la mejor para alguien que muy tarde se dio cuenta de lo que tenía a su lado.
Este vacío es tan profundo… siento que nada lo puede llenar… veo y veo tantas fotografías del mundo. Lugares realmente bellísimos… me hace preguntarme: ¿Por qué si soy tan buena no puedo vivir lo que yo quiero vivir? ¿Por qué sigo aquí sola, como siempre? ¿Es esto lo que quiero?
¿Qué quiero?
Siento que por alguna estúpida razón, Dios y sus juegos, me dejan aquí, estancada, privándome de la vida que toda mi familia cree que merezco… solo quiero vivir y ser feliz, ¿Es tan difícil entender eso?
Necesito de alguien que anime mi alma, que no me falle, que no solo me haga soñar, si no que también, me haga sentir que esos sueños están cerca… que no hay más que esperar.
Estoy tan casada de esperar… cada noche espero… cada noche tengo algo que decir… cada noche una lágrima cae…
Conita finalmente ha muerto…
